Desde niño tuve un gusto especial por la cultura japonesa. Su historia, tradición y tranquilidad que expresan sus viviendas tradicionales, la filosofía de la perfección de lo cotidiano. El interés creció cuando a través de mi formación como arquitecto llegué a conocer en profundidad su arquitectura, tanto la tradicional como la contemporánea. Sin dudas el Viaje de Arquitectura y su paso por Japón dejó en mi un sentimiento latente y una necesidad de hacer algo con ese sentir. Entre los elementos de la casa tradicional japonesa, me llamo mucho la atención la función y significado de la Engawa, un espacio entre medio, de transición pero de uso, interior porque es techado y a nivel de la vivienda, pero exterior porque está al aire libre, de comunicación, de bienvenida al hogar. Pero también un espacio de contemplación de lo natural, de lo que esta fuera, de vínculo. Un espacio para compartir en familia la naturaleza desde el hogar, de integrar el exterior al interior.